Esta tarde fui al cine barato del barrio chino sin ninguna expectativa y me llevé una muy buena sorpresa. Vi por azar la película “Hotel Woodstock”, dirigida por Ang Lee y seleccionada por el Festival de Cannes. Ambientada el año 1969, esta película narra las aventuras que tiene que sortear Elliot Tiber, decorador de interiores en el Greenwich Village, que después de una mala racha vuelve a la casa de sus padres en el norte de los Estados Unidos e intenta retomar la gestión de un viejo y descuidado motel. Después de un gran caos familiar, Elliot decide realizar un festival de música hippie.
Esta película sortea fabulosamente los clichés de los hippies, puesto que no es una descripción del amor libre y el consumo de drogas. Tampoco es una película que se centra cien por ciento en el festival, si no en el conflicto entre dos generaciones opuestas, entre los citadinos y los asistentes, entre los productores de este enorme festival con los organizadores locales, como también el conflicto familiar.
La interpretación de Demetri Martin es genial porque se pasea con toda naturalidad por el pueblo, siendo por un lado un out-sider de este mundo de flores y rock, y al mismo tiempo el creador del gran festival que cambió el destino de su village y del rock. Del mismo modo, Emile Hirsch (protagonista de Into the Wild y Milk) y nos sorprende esta vez con sus interpretación y sus delirios de guerra.
“Hotel Woodstock” quizás no sea la película del año, pero nos dejan anhelando a esos hippies desnudos, nos invita a buscar la música del Woodstock, ir a un buen festival de rock y despeinarse bailando hasta el amanecer.